lunes, 31 de mayo de 2010

Sobre lo fácil que les resulta el ascetismo a algunos oblongos individuos



«Comparado con el animal, que dice 'sí' a la realidad, incluso cuando la teme y rehuye, el hombre es el ser que sabe decir no, el asceta de la vida, el eterno protestante contra toda mera realidad».

Max Scheler




Si ella está cerca me vienen unas ganas incontrolables de desnudarme. He dejado, por regla general, de usar pantalones con elástico; varias veces, para mi sorpresa, me los he bajado en plana tertulia, como si una voluntad ajena a mí (que no es la de ella, pero tiene el mismo olor) tomara el control por un ratito.
Igual con la masturbación. Ella entra en la verdulería o se suma a la fila del banco y un suplicio, una tortura, una terrible autoflagelación supone controlarme ¡y a mí me hablan de ascetismo! Yo conozco la fuera primitiva del deseo. He escuchado a muchos masticar palabras: castidad y buenas maneras, supresión de los impulsos y otras yerbas... Se me antoja que han elegido una tarea que les resulta fácil ¡No saben esos mojigatos lo que es una erección constante 24/7!
¿Degenerado? Tal vez. Por lo pronto maldita bestia inconsolable. Peor arriba de la montaña rusa: a toda velocidad, en caída libre, el Sol siempre en los ojos; una espiral logarítmica y ¡zaz! Vomitando, vomitando sin aliento.-


M.E.

Imagen de la vagina: robada de alguna otro blog, tengasé en consideración
la falta de derechos de autor y sepan perdonarme.-