martes, 26 de enero de 2010

Verano


Mi pileta de lona está llena de espejismos, así me gusta a mí: cuando la luz y la mugre nublan el fondo y no tengo que preocuparme por la Verdad. ¡Porquería tu Verdad! digo yo en mi pileta y te escupo en los tobillos.
Odio a quienes vienen a mi casa con sus trajes de baño políticamente correctos y me informan sobre las diferentes maneras de cuidar una pileta de lona, sobre cómo mantener las aguas limpias y claras. Yo me río a las carcajadas, ellos que hablan de Verdad no saben que el agua más turbia es la que esconde la más fina joya. También ríen con sus trajecitos de baño, pero su risa es sardónica, no entienden el porqué de mis sobresaltos. Un observador imparcial creería que todos compartimos una misma felicidad, pero eso no me angustia.
Veo sus mayas floreadas entre los arbustos, jamás entran conmigo al agua, dicen que esperarán ahí hasta que yo me digne a limpiar la pileta, que disfrutarán de la tarde y el Sol. ¿Pero para qué querría yo su compañía? Mi pileta de lona está llena de espejismos, de ficciones, de musgos, de ramas, de insectos; ninguno de los cuales tiene, para mi bien, maya floreada o consideración moral alguna.-


M.N

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