martes, 26 de enero de 2010

Sonoluminiscencia (o Física básica)


Parece una boludez así como lo digo yo, las cosas siempre lo parecen cuando las digo yo. Pero es así, te juro; lo único que tenés que hacer es aplicar ultrasonido en un medio líquido para que la burbuja colapse violentamente sobre sí misma y ya está, hiciste la Luz, fusión probablemente, el proceso que mantiene vivo el universo en el living de tu casa, el núcleo del Sol, el Poder mismo, ahí.
Vos lo dijiste, la burbuja es tensión absoluta, lucha contra el medio, fragilidad. Lo que haces es dar vuelta la moneda de una de sus características y tenés una estrella en miniatura, átomos colisionando como locos. Hacés que la fragilidad sea fuerza en la contracción, multiplicas por infinito la tensión, una pequeñísima bomba atómica explotando eternamente; bueno, o mientras le des ultrasonido. Y, lo más importante, ahora el medio es lo frágil ante la insospechada potencia burbujeica (permítaseme el neologismo), invertís la lucha, la burbuja domina.
Además, además qué decís vos. La física está plagada de burbujas importantes, que se yo, el huevo cósmico que explota y a la mierda, tenés un universo; un agujero negro que básicamente es una burbuja de masa, no sé, no sé qué más, no me jodas. El argumento de la sonoluminiscencia me parecía suficiente ¿te imaginas que lindo se ve todo desde mi cerebro? (Porque la física relativista nos enseñó que el objeto depende del punto de referencia) Nos chocamos el uno al otro sin querer en una esquina y ¡paf! Neutrones por todos lados creando una reacción en cadena que los lleva a todos al carajo… Ah, porque tampoco te conté, parece que rompés una burbuja y ni te la pensas del mundo que se va para que venga otro: Big Bang, Big Crunch y no sé qué Big gilada y todo se va a la requeterecontra re mil mierda de nuevo, la Nada que vuelve, las tinieblas, la Apertura enorme. Hasta que un dios (Shiva bailando o copulando con Kali, Eurínome, Aura Mazda o a quien se le ocurra) ¡puf! Se mande otro universo para que de nuevo millones y millones de años de espera: los diplodocos, el hombre sin lenguaje, el barroco, mi mamá, hasta vos y yo teniendo esta estúpida conversación. Si, el Eterno Retorno de lo mismo ¿entendés? Es como eso del azar paralelo sincronizado pero llevado a las últimas consecuencias, atrapando mis átomos en un sistema que dure siempre.
No me jodas, te dije que no me jodas, el argumento es una porquería y no pienso repetírtelo eternamente. Te esperé, siempre te esperé, este momento, estas cosas, soy el Gran Monstruo que espera aunque ya esté medio podrido de ver pasar dinosaurios y piedras inertes por eones y eones, el tiempo sin forma, la infinita tensión de mi espera, soy una burbuja que no conoce la muerte, siempre atento, siempre acechante en mi larguísimas marchas por el universo que inevitablemente me llevan a este mediodía, esta hora terrible bajo el Sol, este nuevo camino hacia mi ocaso.
Y ya está, no me vengas con Heisenberg y el principio de incertidumbre y que si las partículas que contingentemente vienen a componerme ahora no son objetivamente ubicables, y que el aquí y ahora vendría por tanto a ser una especie de ilusión de no sé qué y bla bla bla. Ya sé que para vos la física no es más que innumerables maneras de romperme las pelotas, pero también sé que sabes que en última instancia a Heisenberg y Planck los dejo guardados en el ropero del departamento y en ese conocimiento del absurdo nos reímos maliciosamente y sobreviene una pequeña laguna de momentos en el que todo basta para mi, todo es vasto para mí; y de repente mis caminatas por la eternidad tienen sentido, las esperas insondables de mis partículas ordenándose y desordenándose en el espacio vacío. Para Retornar (así, con mayúsculas) hay que tener un punto de referencia, un momento de adecuada tensión, de nanosegundo antes de disparar la flecha. Aunque el resto del tiempo, los eones, sea un gran absurdo, aunque el resto sea un desubicado ¡Plop!


M.D.
24-1-10

2 comentarios: